Tortas de polvorón

Cuando era niña, en los veranos de Rota (Cádiz) había un hombre al que llamaban «Cositas buenas» porque ese era el título de su pregón. Cada tarde se paseaba por la calle recitando las excelencias de las sinuosas «cositas buenas» que era la más deliciosa torta de polvorón que he comido en mi vida, y los cuscurros, que eran unos dulces duros que costaba romper y que más tarde los he visto parecidos en Marruecos. Los niños ensalivábamos nada más oir su voz y nos quedábamos pasmados ante el surtido canasto, esperando que mi madre fuera pródiga y nos comprara algunas, siempre para la cena porque nunca nos dejó merendar. No tengo que explicar que desaparecían por arte de magia antes de las ocho de la noche, con gran dolor para los incautos que no las habían distraído antes.
He hecho estas tortas buscando aquel sabor inimitable, no son como aquellas, pero sí puedo decir que están deliciosas. Se pueden hacer finas y doradas como la foto de arriba, o gorditas y menos tostadas como las de la foto de abajo, lo dejo a vuestra elección (yo soy de las doradas).

Ensalada de anchoas con aguacates

Este verano tuvimos el placer de recibir en casa a Josemari y Maite, y fue una gozada «cocinar para los amigos» en casa. Visitamos las bodegas de Osborne, cuyo trato siempre es cercano, generoso, una magnifica escuela para conocer los maravillosos vinos que se crían en el marco de Jerez.
Quedaron pendientes muchas otras visitas, a Sanlúcar de Barrameda que es un lugar paradisíaco donde se produce la manzanilla y los más ricos langostinos del mundo, famosos ya en época romana, que por algo llamaban a las marismas «Lacus Ligustinus».
Pues mientras quedamos esperando poderle hincar el diente a unos buenos langostinos nos vamos a conformar, gran consuelo donde los haya, con esta ensalada que hacen buenisísima (mejor que la mía) en la Venta Esteban de Jerez. Un consejo, hay que echarle más vinagre del que yo le echo, que es superior.



Videoblog de recetas