Gazpacho Republicano.- Menú de verano 2

Un gazpacho con guarnición es una comida completa en verano. Este me salió republicano. La receta consta de tres videos:
1º.- Un gazpacho de tomates: ROJO
2º.- Una tortilla de patatas con cebolletas: AMARILLO
3º.- Tiras de col morada rebozadas con harina (es harina y no pan como digo en el video), cúrcuma y comino molido y fritas: MORADO

nº1.- Gazpacho

nº2.- Tortilla de cebolla.

nº3.- Col morada rebozada y frita al comino.

¡Salud

Cuernos de Cabra

Por el norte de España son rojos, creo, pero éstos de ahí son de Conil, se parecen a la variedad italiana que se producen en Almería, pero los de las huertas del atlántico gaditano tienen un aroma único.

Yo nací en junio y con días me llevaron a Rota, donde mi familia pasaba aquellos veranos tan largos de antes de las reformas escolares. La casa estaba próxima a la playa y tenía un huerto con un aljibe redondo en medio que recogía agua de lluvia y estaba lleno de larvas de mosquitos, que yo siempre pensé eran sanguijuelas. La tierra de arena fina, más que la de la playa, daba tomates, pimientos, melones, sandías y uvas, unas viñas de uvas moscatel que con dos granos nos llenaban la boca de un jugo dulcísimo, si éramos capaces de esperar a que maduraran. Allí vivía mi amigo el lagarto que solo yo podía ver porque a las horas que iban los demás «estaba en la oficina»; de allí salían los escarabajos peloteros que, cruelmente, toreábamos en una plaza de toros de cartón. La reina del lugar era la gallina negra que cada verano se ponía clueca y pasaba orgullosa con sus pollítos mestizos, amarillos y oscuros. Por allí caminaban, como borrachos, los idolatrados camaleones.
No es fácil encontrar estos cuernos de cabra en los supermercados o en las plazas ahora, la especulación inmobiliaria se ha cargado la huerta y son pocas las familias que se dedican a cultivar en esas arenas de secano, con escasa agua para riego.
Siempre que hago gazpacho o cubro con estos pimientos fritos una tortilla de patatas me viene a la memoria esa infancia medio salvaje que tuve, ese raro privilegio.

Pesto ( o la aprendiz de bruja)

Después de esta experiencia mía con el video, debo reconocer que el cocinero fiel es un artista y sus videos son geniales.
Lo mío es caótico, raro y cutre, no hay más que verlo, pero ha sido mi primer intento, yo solita con una mano en la máquina y la otra en el mortero. Lo bueno es que el pesto me salió muy rico, lo malo es todo lo demás.
Como todavía no he aprendido a introducir sonido, explico por escrito algunas cosas que se ven en el video. La salsa pesto procede de la Liguria y allí el aceite es muy suave por lo que propongo uno de oliva refinado, pero además yo caliento el aceite, lo frío un poco con una guindilla (que luego quito) y lo dejo enfriar sólo un poco, el tiempo suficiente para que no queme las hojas de albahaca. Normalmente uso la thermomix, pero en el video se puede ver que sale también a mano con el mortero.
En fin, aquí está lo primero de producciones «delantal»:



Videoblog de recetas

Menú de lunes

La primera vez que leí algo sobre minimalismo culinario fue a principios de los ochenta, a través de una obra de Vazquez Montalbán, La soledad del manager. Uno de los personajes, recientemente enriquecido, contrató a un chef francés para que le preparara platos mínimos pero exquisitos, con las calorías contadas. A partir de entonces comencé a ser consciente de que mientras más grande fuera el plato y más reducida la ración, mayor sería la cuenta en los restaurantes, menos es más.

Como los lunes es día de expiación de los muchos excesos del fin de semana, propongo un menú especial para «desengrasar»: Pollo al internet acompañado de alcauciles con manzana y jamón. Dejaremos la receta del pollo para otro día porque hoy se alargaría demasiado.
Ingredientes:
Seis alcauciles. (Mejor llamarlos alcauciles que es palabra que licua en la boca bajando por la garganta como un verde aceite balsámico con esencia de regaliz. Alcachofa me gusta menos porque se enreda en la glotis provocando la tos).
dos dientes de ajo
aceite de oliva
taquitos de jamón ibérico, a gusto
una manzana reineta (imposible si es de otro tipo)

Hay que pelar los alcauciles sin piedad, quitando las hojas duras y dejándolos en el puro corazón, que partiremos en cuatro trozos. En una olla se calienta el aceite, se cortan y pican los ajos en trocitos pequeños para dorarlos un poco. Luego se refríen también los corazones y finalmente el jamón dándole un par de vueltas rápidas. Inmediatamente, para que el jamón no se fría demasiado, se le añade agua y un poco de sal. Se deja hervir hasta que estén blanditos y el agua haya reducido, aunque no demasiado. Es el momento de rayarle la manzana reineta que engordará la salsa dándole un ligero sabor dulce y ácido.
Algunas personas que no quieren desengrasar de ninguna manera le ponen dátiles, que le sienta muy bien tanto a los alcauciles como al pollo, pero entonces no sería menú de lunes, sino de viernes.

Carne al toro

No voy ver corridas, pero me gustan mucho los toros en el campo, naturales y libres pastando tranquilos por las dehesas.
La carne de toro de lidia se consume con cierta frecuencia en Andalucía Occidental, no sólo por la abundancia de festejos, sino también por la proximidad de las ganaderías en donde abundan animales desechados para la lidia, sean toros, terneras, vacas, los machos heridos en disputas, cegados por un tallo o por picaduras de insectos etc…

Es una carne más negra y recia, con un sabor intenso que sin duda hace necesario tratar de forma especial.
Igual que el estofado bourguingnon, la carne de toro bravo, se merece un tiempo de maceración con buen vino, y parte de las verduras con las que se va a guisar.

Hoy dejo aquí una receta de «buey al toro«, heterodoxa, como casi todo lo que yo guiso.
Los trozos de solomillo de buey que hemos tenido que quitar para darle forma a un rosbif, por ejemplo, se refríen un poco en una olla baja con aceite caliente, una vez dorados se sacan y en ese mismo aceite, con los retos asados de la carne que se ha pegado, se doran cebolla y zanahorias. Si se quiere se le puede añadir más tarde un pimiento y un tomate muy maduro. Una vez pochadas las hortalizas se vuelve a incorporar la carne, se le añaden unos granos de pimienta, sal, una hoja de laurel, algo de agua y una copita de oloroso seco. Se deja que reduzca hasta que la salsa esté trabada y gruesa. Entonces se le raspa un poco de chocolate negro, para que intensifique el color.

Imprescindibles unas buenas patatas fritas.