Tortas de calabacín al pesto

Es la forma más disimulada de hacer que los niños coman calabacines, que no hay manera. Yo en casa tengo una no tan niña (camerawoman, no es por señalar) que decía: «yo no como hojas» como si se tratara de un principio filosófico o moral. Ahora se ha convertido y es una apasionada de las ensaladas (pero menos). El caso es que con los calabacines no había manera, se negaba, y el otro día los hice y no dije de qué eran, le encantaron cuando llegó a eso de las 15`30 y les metió mano por derecho. Luego le conté de qué estaban hechas y quiso tener un rehúso, como los caballos ante los obstáculos, pero se tuvo que aguantar ¡Tarde amiga! ya habías dicho que te encantaban. Y yo feliz.
Son fáciles, riquísimos y un perfecto aperitivo o acompañamiento que sustituye estupendamente a las patatas fritas(exquisitas, por otra parte).


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