Sultanas de coco

El sabor del coco en mi memoria está asociado a la Feria de Abril. Cada día que íbamos a la Calle del Infierno («los cacharritos» =atracciones) una parte de mi asignación la gastaba en una raja de coco, que por entonces sabían a coco, ahora ya no saben a nada, y otra parte me la gastaba en un anillo de esmeraldas en el «serrín», que a la semana había perdido su relumbrabte dorado inicial. Las atracciones de feria no me gustaban demasiado.
Las sultanas fueron durante años mis preferidas, hasta que descubrí el hojaldre y los brioches, pero les sigo teniendo aprecio.
Todavía saboreo la delicadeza de unas sultanas de coco, macarons humildes, que le compré a una señora en la plaza de Yemá el Fna de Marrakech hace tres años, las llevaba en una bandeja, recién hechas por ella misma, ¡qué sabor!.
Pues esta receta no está maleja tampoco, son muy fáciles rápidos y quedones.
¡Feliz Feria!

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Pestiños ligeros

Me pide Ana que haga la receta de pestiños y que la cuelgue en cuanto que pueda y me he puesto manos a la obra, por eso esta semana el blog tiene dos recetas en vez de una.
Es un clásico, aquí en el sur, hacer pestiños por Semana Santa, dulces típicos, como las torrijas o el piñonate. No había en el recetario familiar nada relacionado con los pestiños, quizá porque nunca lo escribieran, aunque yo recuerdo haber hecho algunos pequeñitos, como éstos, de bocado.
Son dulces populares, humildes, de una repostería poco reivindicada, yo creo que por el complejo que, a veces, tenemos en Andalucía en relación a algunas cosas.
Sin embargo son exquisitos, por mucho que se use la expresión «eso es un pestiño» cuando algo nos carga.
Es hora de decir: Estos son pestiños y están maravillosos.
 La receta es conventual, legado de monjas franciscanas de Sevilla, sencilla y clara donde las haya.
Se pueden hacer más grandes que estos míos, pero así, del tamaño de una croqueta son ideales…aunque den más trabajo.

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Palmeritas de huevo

Hace un par de semanas tuve el placer de asistir a un curso de hojaldres organizado por «La cocina de Babette» y quedé encantadísima, con la agradable acogida de Bea y la extraordinaria capacidad de nuestra profesora Virginia (Dulcekemochi) que nos hizo una demostración impecable de la versatilidad de esta masa para todo tipo de recetas. Volví, gracias a la insistencia y unos tupper de Bea, con una carga riquísima, dulce y salada de hojaldres.

Como hace años que las palmeras de huevo son el desayuno favorito de «camerawoman», he saldado esta deuda que tenía pendiente con esta receta, y espero que sea la primera de una larga lista de platos.
Se me olvidaba decir que esta cobertura de huevo es típica de Andalucía Occidental, que yo sepa.
Para la cobertura hice mucha cantidad porque congelo para tener siempre que quiera, en la receta escrita puse menos proporciones. A estas palmeras le va perfectamente la cobertura de chocolate de un ganaché como la tarta de San Valentín.

Carrillada Ibérica y receta del refrito de zanahorias y cebolla

Volvemos a una receta básica que nos resuelve rápidamente un guiso, especialmente los de carne: el refrito de zanahorias y cebollas, lo hice con Thermomix porque es mi hija la que me la ha pedido. Había una versión anterior pero muy complicada, ella misma me contaba que le daba pereza verla, por eso la he renovado.
Pero este mismo refrito es el que uso para el redondo de ternera o para unos solomillitos de cerdo, añadiéndole unas ciruelas pasas. Lamento el terrible estado de mi voz, pero el frío no perdona las gargantas…y tampoco se puede enseñar la carita en esta entrega, por aquello de las enormes ojeras, otra vez será.
Receta de refrito de zanahorias y cebollas

Receta de la carrilla de ibérico

Ropavieja con patatas al horno rústicas

Según donde vivas la «Ropavieja» es una cosa u otra. En mi casa siempre ha sido el aprovechamiento de la carne que sobraba del cocido. Aquí le hemos añadido de acompañamiento unas deliciosas patatas al horno, hechas al es´tilo rústico de Jamie Oliver que me copié de uno de sus programas.
Buenos tiempos tras las fiestas para aprovechar lo que tenemos en la nevera, aunque unas croquetas tampoco están nada mal con estas carnecillas.