Solomillo ibérico con cebollas y piñones al Pedro Ximénez

Esta receta me la dio una amiga de Jerez que me enseñó la importancia de los vinos como condimento de las comidas. Parece una cosa neutra, te dicen en una receta una copa de vino y es como si no importara. La calidad del vino que se añada importa muchísimo para el sabor de una carne, un pescado o un postre. Y los vinos de Jerez tienen una riqueza maravillosa, sin despreciar a ninguno, afortunadamente nuestro país tiene una diversidad y excelencia a ese respecto inigualables.
Ya se sabe que al cerdo le va muy bien el dulce y los frutos secos. El Pedro Ximénez que ponemos en este guiso es especialmente rico, porque no tiene tanta densidad como otros, y no por ello pierde dulzor y sabor, carameliza las cebollas y los piñones complementando deliciosamente los solomillos.
En la foto lo que se ve es un pincho, pero en el vídeo está la versión completa con el solomillo en salsa. Esta vez la subo en honor de Maite y Josemari, a los que les gustó mucho cuando la probaron este verano.
La grabación y edición de este vídeo la hice antes de Navidad, con un programa que me pasó Carlos Noceda y que es excelente, como se puede ver en los vídeos que Carlos sube a Internet.
Desde aquí quiero mandar una cariñoso saludo a los jerezanos que lo están pasando medio regular con estas lluvias y el desbordamiento del río Guadalete.

Tortas de polvorón

Cuando era niña, en los veranos de Rota (Cádiz) había un hombre al que llamaban «Cositas buenas» porque ese era el título de su pregón. Cada tarde se paseaba por la calle recitando las excelencias de las sinuosas «cositas buenas» que era la más deliciosa torta de polvorón que he comido en mi vida, y los cuscurros, que eran unos dulces duros que costaba romper y que más tarde los he visto parecidos en Marruecos. Los niños ensalivábamos nada más oir su voz y nos quedábamos pasmados ante el surtido canasto, esperando que mi madre fuera pródiga y nos comprara algunas, siempre para la cena porque nunca nos dejó merendar. No tengo que explicar que desaparecían por arte de magia antes de las ocho de la noche, con gran dolor para los incautos que no las habían distraído antes.
He hecho estas tortas buscando aquel sabor inimitable, no son como aquellas, pero sí puedo decir que están deliciosas. Se pueden hacer finas y doradas como la foto de arriba, o gorditas y menos tostadas como las de la foto de abajo, lo dejo a vuestra elección (yo soy de las doradas).

Magdalenas de aceite de oliva (extraordinarias)

 

La receta de estas magdalenas nos la pasó mi hermana Avencia (que también me pasó la de las exquisitas croquetas de bacalao), que vive en Córdoba y son típicas de allí. Especialmente pensadas para la intolerancia de la lactosa, para mi gusto son definitivas, riquísimas y bastante ligeras aunque por el aceite pudiera parecer lo contrario.

Siempre estoy buscando recetas de dulces que sea apta para intolerantes a la lactosa, así que si tenéis cosas ricas sin lactosa dejadme los enlaces de vuestras recetas que me vienen de perlas para mi hija (Nieves tú especialmente tienes riquísimas recetas sin lactosa)
Especialmente dedicado a mi amiga Reyes van los cartelitos que tiene el vídeo, que será una nueva costumbre, incorporada por sugerencia suya (Hola Reyes¡¡¡¡)

Calamar en salsa, relleno y albóndigas de calamar.- tres en uno.

Otra receta de pescado, esta vez dos calamares grandes, que con un mismo guiso puede dar tres platos distintos: Calamar relleno, albóndigas de calamar y guiso de calamar en salsa que estaba exquisito con el caldo corto de gambas.
Sé que el pescado es menos popular como receta que otros menús, pero es que a mí me encanta y creo que es muy sano, por eso es bueno comprobar que hay muchas y variadas maneras de comerlo.
En mi receta al relleno le puse ajo y perejil picado, sinceramente creo que estaría mejor sin ello, sabría más a marisco y calamar que es de lo que se trata; también conviene ponerle menos pan rayado del que yo le puse, y por supuesto añadirlo una vez haya picado todo, que yo estuve torpe y se lo puse al principio y me costó muchísimo picarlo bien todo.
Espero que os guste, en casa encantó.

Filetes de Corvina empanada

Mi padre era muy aficionado a la pesca y llevaba en su cartera la foto de aquella vez que pescó una Corvina de más de 30 kg, estaba muy orgullosa y lo comprendo, más ahora que antes.

Mi madre tuvo que ingeniárselas para guisar aquel pescado de mil maneras distintas hasta acabarlo. Una de ellas es ésta: empanado. Está riquísimo y sirve estupendamente para los trozos de cola.
Es muy sencillo hacerlo y da más satisfacciones que trabajo. Especialmente dedicado a los niños…y no tan niños.