Me vuelven loca tanto los higos como el olor de las higueras. Recuerdo de niña despertarme temprano en septiembre para subir a las ramas de la higuera y buscar los higos maduros, comerlos a la temperatura del amanecer era una delicia. Son dulces como pocas frutas, tanto que teníamos que disputárselos a las avispas. Humildes, porque ves higueras salvajes en cualquier sitio, creciendo sin ayuda ni amparo de nadie.
La receta, de temporada de verdad, es muy sencilla y acompaña perfectamente una tostada con aceite y queso de cabra, que de por sí ya constituye casi una comida completa.
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Chipirones al ajillo
He abierto una página en donde he colocado las recetas rápidas que algunas madres y padres me han pedido que suba al blog. En este caso he hecho un cambio radical. Como cuando me dolía la espalda (más) no podía apenas estar de pie, si intentaba guisar unos calamares, o sepias, no tenía tiempo para limpiarlos más allá de lo que hacían en la pescadería, que sólo los acicalaban por dentro y dejaban las telillas de fuera. En fin, como mal menor, yo las guisaba tal cual…y soprendentemente, con esas telillas exteriores los calamares, sepias(chocos) o los chipirones estaban mil veces más ricos, cosa que en los puertos de mar estaban ya hartos de decirme.
De manera que he dejado de limpiar el exterior de estos cefalópodos, y los he guisado en un plis, como se ve en el vídeo. Deliciosos.
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