La tarta de cumpleaños preferida en casa es esta (ya la había subido, una de las primeras recetas del blog), y hoy la hago en versión individual, por petición de mi hija «Chocolaterrrrrrrrrr», que ayer fue su cumpleaños.
El primer adorno de chocolate blanco se lo puse demasiado pronto, el ganache estaba un poco caliente y se fue derritiendo leeeeentaente, de modo que quedó como los relojes derretidos de Dalí, en «la persistencia de la memoria». Por eso hay que esperar a que se haya enfriado completamente para clavar la decoración de chocolate blanco, a no ser que te guste el efecto daliniano.