Picantones en pepitoria
Lo mío es un raro caso de avifilia inversa, contraída por vía de matrimonio ya que mi nueva familia adora el pollo, de cualquier forma, menos crudo y vivo. Así que yo lo guiso y sólo como la versión «pollito al internet«, no me pregunten por qué.
Tarta de fresas y nata o ya ha llegado la primavera
Me inventé esta receta cuando tenía dieciocho o diecinueve años, cuando hacía unas tartas enormísimas para la gran familia que éramos entonces, con tantos niños pequeños, medianos, grandes; yo creo que me inspiré en una excepcional tarta de piña y nata que hacía la confitería Ochoa y era un clásico ineludible el día de San José, aunque a mí me gustaba más la mía.
Después llegó el trabajo, las niñas, los destinos alejados, los platos salados sobre los dulces y cayó en el olvido; hasta que esta semana, cuando ví las fresas, me acordé de pronto y hoy, que probé un pedazo, se me vino toda mi primavera joven al recuerdo.
Ensaimada, versión dos
Congelan de maravilla y al día siguiente descongelan en microondas, pasaditas dos minutos por horno, cepilladas de azúcar glass y deliciosas con un chocolate; inmejorables para un aumento de caderas sin pasar por quirófano que he leído en Vogue que este verano las caderas llenitas son «tendencia».