Es verano y las cosas van más lentas, el calor ralentiza las voluntades, inmersas en una especie de neblina caliente, creo se llama calima. También los blogs de cocina se enfundan en un mantel hecho de tiempo detenido, y yo no voy a ser menos.
El balance personal es positivo porque he aprendido un montón durante este año y no sólo de cocina, visitando tantos y tan buenos blogs, también de internet, de redes sociales, he cocnocido a gente maravillosa, personalmente y a través de este mundo virtual.
Me queda ahora un tiempo para mí, para la familia y los amigos. Iré renovando el blog, pero más tranquilamente, en verano todos nos despegamos del ordenador y buscamos más actividades al aire libre, mayor contacto humano, nuevos horizontes y paisajes.
Por lo pronto algunas de  las próximas recetas van a tener que ver con las dietas que estamos todos por cuidarnos un poco más ahora que tenemos tiempo, aunque alguna caerá de dulce, que en casa todos son flacos.
Estaré cerca de algunos amigos este mes de julio.
Iré a ver a mi hija pronto a Miami, y daremos una vuelta por Estados Unidos aprovechando que travesamos el Océano.
Por eso hoy dejo aquí una receta, ya subida, nada dietética,  un trozo de cielo en la tierra, un sabor que tengo asociado al verano y a Cádiz.
Tocino de Cielo