¡Donuts!

Hay una chica en Youtube que me ha pedido donuts, o Doughnuts en inglés. Yo ya los había hecho otras veces y en casa los habían agradecido mucho, congelan bien y son excelentes desayunos o meriendas.
Es importante no manosear demasiado la masa una vez han salido los donuts, por lo que yo recomiendo freir las bolitas del centro y las formas irregulares de los bordes antes de reamasarlos una tercera vez, dos veces sí podremos amasarlos. En el vídeo se ven esas formas irregurales fritas. Por cierto quizá estén más ricos más fritos, es decir más oscuros, que más claros.
Yo he elegido glasearlos con azúcar molida en vez de hacer un almíbar, o un chocolate, pero se puede hacer una cobertura de chocolate. Todo va en gustos. La receta que hice es sencilla, todo lo sencilla que se puede con la levadura de panadero (o prensada, o fresca, que se la puede llamar de esas tres formas).
No tiene el sabor de los Donuts industriales, que tienen muchos adeptos incondicionales, son otra cosa, suaves, ligeros, caseros, pero no debemos olvidar que van fritos, que no se debe abusar de ellos.
Espero que les salgan bien y que les gusten a los niños, están muy esponjosos, aunque debo advertirles que todas las masas de bollería duran blandas lo mismo que el pan del día, entre otras cosas porque no llevan conservantes ni más química que la levadura prensada.

Picantones en pepitoria

A mi madre no le gustaba el pollo y no solía guisarlo, de forma que se instauró una curiosa costumbre: mi padre y todos su yernos y nueras celebraban fuera de casa el «Dia del pollo«, una especie de orgía (sosa, seguro) a base de ese menú, debido a la gallofobia genética que por vía materna padecemos algunos.
Lo mío es un raro caso de avifilia inversa, contraída por vía de matrimonio ya que mi nueva familia adora el pollo, de cualquier forma, menos crudo y vivo. Así que yo lo guiso y sólo como la versión «pollito al internet«, no me pregunten por qué.
[https://www.youtube.com/watch?v=lJGpUAkml0k

Tarta de fresas y nata o ya ha llegado la primavera

Está deliciosa, es un sabor que llena la boca de dulzura y frescor, acidez y jugo, nos sabe a tarde larga y luz duradera, es la premonición de viejas alegrías renovadas.

Me inventé esta receta cuando tenía dieciocho o diecinueve años, cuando hacía unas tartas enormísimas para la gran familia que éramos entonces, con tantos niños pequeños, medianos, grandes; yo creo que me inspiré en una excepcional tarta de piña y nata que hacía la confitería Ochoa y era un clásico ineludible el día de San José, aunque a mí me gustaba más la mía.
Después llegó el trabajo, las niñas, los destinos alejados, los platos salados sobre los dulces y cayó en el olvido; hasta que esta semana, cuando ví las fresas, me acordé de pronto y hoy, que probé un pedazo, se me vino toda mi primavera joven al recuerdo.

Ensaimada, versión dos

Es un poco más difícil que la anterior, pero sólo un poco, y la diferencia de sabor y calidad es grande, por tanto animo a probar suerte con ésta que es deliciosa y quien hace la otra no tiene mayor dificultad, sólo más tiempo de amasado, y afinar y extender la masa. Por si mi video no quedara claro, debo decir que es una adaptación de uno que ví en youtube sobre las ensaimadas mallorquinas, que se tardan en hacer más de 24 horas porque deben reposar un día completo. Aviso nuevamente para los susceptibles, no son las mallorquinas, pero ya van teniendo un lejano parentesco.
🙂

Congelan de maravilla y al día siguiente descongelan en microondas, pasaditas dos minutos por horno, cepilladas de azúcar glass y deliciosas con un chocolate; inmejorables para un aumento de caderas sin pasar por quirófano que he leído en Vogue que este verano las caderas llenitas son «tendencia».

Una broma: el Rincón del Sumiller (espacio nuevo)

No sé si la broma acabará costándome el blog, pero yo soy desprendida, desapegada de las cosas, que no de las personas y terminaré por echarlo todo a perder; de manera que aquí os dejo el vídeo del Rincón del Sumiller que reclama atención y espacio propio, igual tiene éxito y me quita el delantal…a ver, me refiero al blog, que eso de ponerse a guisar ni se le ha pasado por la cabeza.