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Navarra Gourmet y los premios a los blogs gastronómicos
Producciones Pandemónium
Felicitación
Hoy por fín salí a la terraza y tengo trabajo, pero las plantas son agradecidas y por ahí andaban divertidas, florecientes sin mi cuidado. Les hice fotos y con ellas he compuesto esta felicitación que espero os guste. No he podido poner la música que me gusta, pero así cada cual le añade la suya que será la perfección.
Las Anguilas comen dentífricos
No todas las referencias gastronómicas que encuentro en las novelas son tan divertidas, delirantes y brillantes como esta de «La Espuma de los días». Más allá del surrealismo, la receta del pastel de anguila, la reducción de la reducción de la reducción de la reducción de una salsa, es tan apetitosa que yo también desearía que la anguila tuviera familia numerosa. A la postre entre franceses anda el juego.
“(…), y Nicolás se expresó en los siguientes términos:
-Se hace pasta de hojaldre como para una entrada. Se prepara una anguila de buen tamaño, que se cortará en rodajas de tres centímetros. Éstas se ponen en una cacerola con vino blanco, sal, pimienta, cebolla en rodajas, una ramita de perejil, tomillo, laurel y una puntita de ajo. La puntita no he podido afilarla como me habría gustado –continuó Nicolás-, la piedra está muy gastada.
-Haré que la cambien –dijo Colin.
Nicolás prosiguió:
-Una vez cocida, la anguila se retira de la cacerola y se pone en una saltera. El caldo se pasa por una estameña, se le añade salsa española y se reduce hasta que la salsa se adhiera a la cuchara. Se pasa por el tamiz, se recubre con ella la anguila y se le da un hervor durante dos minutos. Se coloca la anguila dentro del hojaldre. Éste se rodea de un collar de champiñones vueltos hacia dentro y se le pone un ramito de lechas de carpa en el centro. Por último se baña con la salsa que haya quedado.
(…)-Este pastel de anguila está exquisito – dijo Chick-. ¡Quién tuvo te dio la idea de hacerlo?
-Fue Nicolás quien tuvo la idea –dijo Colin- Hay, mejor dicho, había una anguila que se asomaba todos los días a su lavabo por el grifo del agua fría.
-Es curioso –dijo Chick-. ¿Por qué lo hacía?
-La anguila sacaba la cabeza y se merendaba el tubo de dentífrico apretando por arriba con los dientes. Nicolás sólo usaba un dentífrico americano con sabor a piña y, por lo visto, la tentó.
-¿Y cómo la capturó?- Preguntó Chick.
-Puso una piña entera en lugar del tubo. Cuando se comía la pasta de los dientes, podía engullírsela y volver a esconder la cabeza enseguida, pero con la piña entera la cosa cambia, y cuanto más tiraba, más se le hundían los dientes en la piña. Entonces Nicolás…
Colin calló.
-¿Qué hizo Nicolás? –dijo Chick.
-No me atrevo a decírtelo, a lo mejor te quita el apetito.
-Vamos…anda –dijo Chick-. No me queda casi nada.
-Nicolás entró en ese preciso momento y le seccionó la cabeza con una hoja de afeitar. Después abrió el grifo y salió el resto.
-¿Y eso es todo? –dijo Chick-. Sírveme más pastel. Espero que la anguila tenga una familia numerosa en la tubería.
“La Espuma de los días”
Boris Vian
Alianza Editorial. Madrid 2007