Esta ensaladilla es la más básica, la más tradicional en nuestra zona. En casa se la llamó «Ensaladilla con fundamento» yo creo que porque lleva pimientos rojos que le gustan mucho al hombre de la casa. Se parece a una que comíamos, cuando mis niñas eran pequeñas, en un bar del El Puerto de Santa María.
Aunque es una receta muy sencilla, como se verá, la traigo aquí porque mi hija mayor, que está lejos, se está entrenando como ama de casa y hace algunas de las recetas de este videoblog, que fue creado, hace tres años, precisamente para eso. Hoy adquiere todo su sentido.
Y os animo a todos/todas los que os acercáis por aquí, tan encantadores/as, a probarla, es sencilla y rica.
La receta de hoy procede del convento de las clarisas de Sevilla. Los vinos de Jerez se «clarificaban» (limpieza) con claras de huevo y los bodegueros solían regalar las yemas a los conventos de monjas, de ahí la gran cantidad de dulces que se hacen con ese ingrediente.
Yo recuerdo hacer tocino de soltera, cuando estaba en casa con todos mis hermanos que lo comían con gran placer. Más tarde dejé de hacerlo porque tenía otras prioridades. Sin embargo es uno de mis favoritos, que esta vez no he podido más que probar por cuestión de dieta.
Mi hermano ya está en La Coruña, han tenido una navegación cómoda y agradable. Mañana acometen la «Costa da morte».
Hubo una primera versión del tocino de cielo, cuyos vídeos se han borrado por culpa de este portátil, que es una patata. Quedaron unas fotos magníficas que hizo Rosana (Holly aprendiendo a cocinar) y que no he podido incluir en la edición de este vídeo porque se me ha borrado unas cuantas veces y aún no sé por qué. Editar vídeos es una actividad que, a veces, puede llevarte a cometer crímenes.
Espero que os guste. [youtube https://www.youtube.com/watch?v=-JV6PdPUeuQ&w=420&h=315]Descargar receta escrita
Estos petit choux los hice varias veces y cada vez me salieron mejor, de forma que la receta está corregida de cuando la grabé en función de las mejoras que fuí realizando. Se pueden decorar con semillas se sésamo, con huevo simplemente o con semillas de amapola (quedan espectaculares).
Por ahora es la última receta de julio, para agosto tengo pendiente de subir un tocino de cielo, pero el portátil está fatal, pero mal remal y no sé si me dejará editar en condiciones. Necesitaría uno nuevo, porque no le funcionan los puertos USB, más que uno, y sólo de vez en cuando, se me cuelga con frecuencia y no me reconoce algunos vídeos que hago. Pero se me acabó las «pasta». En fin, da miedo ponerse a grabar y perder todo el trabajo o parte de él.
Esta receta tiene muchísimos años en mi familia política y hoy me va a servir para homenajear a los chicos de la Roja, que tan bien, honesta y noblemente han ganado la Copa del mundo de Fútbol de 2010.
Me han contado que Niceto Alcalá Zamora, Presidente de la II República a la sazón, estaba invitado en casa de Ignacio Sánchez Mejías es su cortijo de Pino Montano y que los niños de la casa habían adornado los radiadores pintando la bandera tricolor para recibir a tan ilustre huésped. Lola Gómez Ortega,, esposa del torero y hermana de Joselito «El Gallo», para dar una nota de humor en la mesa, inventó este entrante que le presentó a D. Niceto. Dicen también que adornó la mesa con violetas, para quitarle hierro al asunto.
Cuando mis hijas eran pequeñas adoraban este plato, aunque yo lo que hacía no eran banderas, sino caritas sonrientes, o niños con varicela si queríamos jugar más. Es un plato sencillo, que podemos hacer con poca cosa, salvo el jamón, claro está, que le da un punto buenísimo.
Tengo que decir por adelantado que a mí esto me encanta hacerlo y me sirve un montón para depurarme, es decir, perder líquidos y mejorar las funciones intestinales. Por sí sólo no sirve para adelgazar si no dejas de picotear, tomar helados, beber cerveza como un alemán (¡ les ganamos! aunque son unos caballeros, con excelente buen perder, bien por ellos¡¡¡). Pero si hago una dieta medio normal cada día, es decir, sin sacrificios grandes, y por la noche ceno esto, como única cena, pierdo peso…y bastante, dicho sea de paso.
También es verdad que un poco de ejercicio físico es excelente para ayudar.
Pero esta receta de yogur casero, de leche buena y natural, aunque no cruda, que es como a mí me gustaría, es muy fácil. Y el yogur sabe como no saben los yogures de los supermercados. Hay algo especial en comer lo que hemos hecho en casa, sabe mejor, sabe a tradicional, artesano, contiene esos sabores antiguos por los que yo soy capaz de recorrer kilómetros. Una vez, aunque sea una vez debéis probarlo y ya me contáreis.
En España todavía hay lugares con unas excelentes leches de vaca del día, de esas que me levantan ampollas en el alma de envidia pura, con las que estos yogures deben ser la mitad del cielo. Por favor hacedlo por mí, probad con esas magníficas leches frescas de los pastos asturianos, cántabros, gallegos, vascos, aragoneses, navarros, catalanes, sorianos…creo que no puedo nombrarlos todos pero cada cual sabe dónde están esas mejores leches del lugar.
Quizá entre todos podamos volver a tomar un producto fresco y como mandan los cánones de una buena alimentación.