Galletas de avellanas rellenas de chocolate


Estas galletas rompen con la más mínima intención de hacer régimen. La receta es de un libro que se llama «Dulce lo vivas» de Ana Bensadón, magnífica especialidad de repostería sefardí. Una de mis hermanas se lo ha regalado a otra de mis hermanas y ella me lo ha prestado para que yo haga pruebas. Y es lo que hago. Después debo darle cuentas y hacerle probar lo que más me haya gustado. Evidentemente ésta es la estrella de mi selección, están fabulosas.

Hay varias que quiero hacer, pero antes tengo que pensar quiénes serán los destinatarios, porque no me puedo resistir a la combinación chocolate/avellanas, y hay varias recetas en las que están presentes esos dos ingredientes. Un par de veces al año, no más, me permito el lujo de tomarme una tableta de Cadbury, de Milka, o de Valor, con avellanas. Afortunadamente mi tolerancia del chocolate es baja y el mismo cuerpo lo rechaza. Eso sí, cuando me lo pide no puedo, no quiero, no debo negarme.



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Galletas María artesanas

De niños, mis hermanos pequeños y yo, hacíamos concursos para ver a quién le cabían más galletas maría en la boca, pero a condición de que se pudieran cerrar las fauces y masticar, no valía la fotofija de muestra con tropetecientas de ellas en la boca; si no te las podías comer de esa tacada no valía el récord.
Se trataba de las María Fontaneda. Era una prueba complicada, incluso arriesgada, porque con frecuencia, al respirar, algunas mijitas se subían a la nariz y nos daban un disgusto. De lo que podemos deducir que en casa éramos unos brutos y unos hambrientos, capaces de cualquier majadería con la comida.
Se imponían modas galleteriles, por temporada eran las de Fontaneda, luego dio una racha por las Campurrianas y, sobre todas ellas, triunfaban las «Mayuca» de Reglero. A mí me encantaba ponerlas blanditas en la leche y peligrar el bocado a punto de caerse en el vaso. Mi hermano Jesús, que fue siempre el campeón absoluto en esta asombrosa competición (boca de tiburón, tenía por malnombre), untaba las María con foie gras, y mojaba las patatas fritas en la leche, se preparaba tostadas con aceite dietético y encima ponía dos dedos de nata, de esa nata que tenía la buena leche de vaca cuando se hervía, consistente y amarilla.
Las mejores galletas las hacía mi madre con la máquina de picar carne. Algunas veces cuando veo esas picadoras, que se han puesto de moda otra vez, me acuerdo y me entran ganas de comprarla.
Pero me voy a conformar con estas galletas María, tan ricas, verdaderamente estupendas.
Por cierto, que la impresión para decorar debe hacerse inmediatamente que se sacan del horno, antes de que se pongan duras. Yo no tengo moldes de impresión, pero creo que me voy a hacer uno que tenga un gato, porque es a mi Nico al que más le gustan estas galletas.


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Tarta de naranja y almendras

Tengo demasiadas recetas para Navidad, acumuladas en la memoria de mi ordenador, y me da pena elegir unas y rechazar otras. Así que tras muchas deliberaciones he decidido subir esta Tarta de Naranja y almendras.
La Navidad es la época en la que las naranjas están en sazón, jugosas y dulces, ni antes ni después. También es la época de los pastelitos de almendras en todas sus múltiples variedades. La receta es Gérard Mulot un excelente confitero del barrio de Saint Germain des Prés en París, donde abundan los mejores confiteros del mundo. Ha creado un ligerísimo y maravilloso dulce que merece la pena comer.
Y yo hice un supremo esfuerzo al meter en un vídeo, que no llega a tres minutos, tres recetas distintas: La cristalización de frutas, la masa sablé para tartas y el excepcional relleno. Todo un récord, aunque haya pequeños cortes molestos.

Me sirve para felicitaros la Navidad y desearos que la disfrutéis con los que amáis.

Otras recetas navideñas en el blog:

Tarta de manzanas fácil

La tarta de manzanas ha sido mi especialidad cuando era una jovencita, incluso me dieron un premio. La que ganó el premio no es ésta, es un poco más complicada, pero hay tantas variedades que la dejaré para más adelante porque además tiene una historia de infancia.
La peculiaridad de esta tarta es su facilidad, no tiene más complicación que poner la clara de un huevo a punto de nieve, que se hace en un periquete con el batidor eléctrico y un poco más de tiempo con el batidor manual.
Sale muy rica, se le pueden poner más manzanas en su interior, yo le puse menos porque quería probarla más ligera. Es importante usar un molde algo más grande, yo le puse uno pequeño y se me rebosó, porque me olvidé que sube un poco.
Pues ojalá os guste.

Lenguas de bruja. Galletas para el 31 de octubre

No soy yo aficinada al Halloween, una costumbre norteamericana que año tras año se va imponiendo en España y otros países de Europa, pero veo lo bien que se lo pasan los niños.
Ví estas galletas en el blog Cuisine de Campagne, que es uno de mis favoritos y del que he tomado algún préstamo en mi cocina habitual, con blog y sin él. El original, quiero decir el que hace la dueña de la receta, es más impresionante que el mío pero seguro que con práctica me saldrán mejor cada año.
Las dejo aquí por si os vienen bien estos días.